Los Ritmos UltracircadianosErnest Rossi Phd.
El descubrimiento de la Respuesta Regenerativa Ultradiana se componde de dos historias: una psicológica, la otra en el dominio de la cronobiología, la biología del tiempo. Como sucede con muchos rompecabezas de la ciencia, la imagen completa no emerge de golpe.
Como terapeuta, Erickson poseía una insólita captación de los problemas, fuerzas y necesidades más profundos de la gente. Una y otra vez, curó a personas que nadie había sido capaz de hacerlo. De alguna forma, ayudó a sus pacientes a hacerse excepcionalmente receptivos de sus propios patrones de desarrollo personal. Bajo su cuidado, parecían extrañamente capaces de abrir las puertas hacia su mente interna con sus archivos ocultos y sus recursos únicos para la curación.
Como terapeuta, Erickson poseía una insólita captación de los problemas, fuerzas y necesidades más profundos de la gente. Una y otra vez, curó a personas que nadie había sido capaz de hacerlo. De alguna forma, ayudó a sus pacientes a hacerse excepcionalmente receptivos de sus propios patrones de desarrollo personal. Bajo su cuidado, parecían extrañamente capaces de abrir las puertas hacia su mente interna con sus archivos ocultos y sus recursos únicos para la curación.
Los admiradores de Erickson alabaron sus consumada destreza para facilitar la hipnosis terapéutica y la habilidad con que resolvía los problemas más profundamente enraizados de sus pacientes.Sus críticos le atribuían un genio manipulativo, considerándolo un experto en cambiar sutilmente la mente humana. La revista Time lo denominó una vez “el Brujo de Phoenix”. Sin embargo, todos coincidían en que era un notable virtuoso de la psique humana. Hacia 1972, sin embargo, siendo ya un hombre anciano dominado porla polio y una serie de impedimentos físicos, el mundo parecía haberle olvidado.
Unos pocos años antes, yo había obtenido mi doctorado en la Universidad de Temple, en Filadelfia, como psicólogo clínico, y estaba iniciando mi propia práctica. Lo que sabía del doctor Erickson me intrigaba, así que le envié una copia de mi primer libro, Los sueños y el desarrollo de la personalidad, y solicité una entrevista. En aquel momento yo no sabía que me hallaba en camino de convertirme en su aprendiz, pero eso es exactamente lo que sucedió. Durante los ocho años siguientes, los años finales de su vida, pasé una semana cada mes en su hogar de Phoenix, anotando las sesiones con sus pacientes, primero como estudiante ansioso, luego como colega profesional, y finalmente como colaborador de investigación.
Uno de los hechos más notables en relación con el doctor Erickson era que, mientras la mayoría de los terapeutas veían a los pacientes en sesiones de 50 minutos, él prefería verlos durante 90 minutos o más. Durante más de medio siglo de tratar pacientes, Erickson había advertido que las personas cambian de un modo natural a distintos estados receptivos de la mente, en los que se hallan más abiertas a las sugestiones para la terapia y la curación. Descubrió que trabajando con los pacientes durante al menos hora y media, entraban casi con toda seguridad por sí mismos en este estado receptivo.
Tomado del Libro 20 Minutos en la pausa ,Ernest Rossi,Editorial Edaf.
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