El Poeta David Whyte habla del liderazgo
lISA bURREL
David Whyte ha impulsado a los ejecutivos en Astra-Zeneca, Boeing, CitiGrupo y en otras empresas importantes a mantener conversaciones con los empleados a través de un instrumento inusual: la poesía.
En talleres de trabajo y en retiros, él recita y reflexiona sobre obras clásicas y contemporáneas, entre ellas las suyas, usando imágenes e ideas de poemas para alentar las discusiones sobre desafíos tales como alentar la creatividad, el compromiso y la responsabilidad social. En fecha reciente hablamos con Whyte acerca de cómo la poesía engendra una conversación valiente y, a su vez, genera un mejor liderazgo.
¿Cómo se puede unir el negocio y la poesía?
En 1986 comencé a trabajar como poeta profesional, a tiempo completo. Poco después, cuando ofrecí una conferencia en una casa de estudios, un caballero se me acercó. En el mejor estilo norteamericano, me dijo, "Querría contratarlo". Y en el mejor estilo anglo-irlandés le respondí, "¿Para qué?"
El insistió, señalando, "El lenguaje que existe en el mundo de las corporaciones es demasiado pequeño para el territorio de relaciones y colaboraciones en el que hemos ingresado". Para un poeta, esa invitación era muy seductora. La tarea de un poeta consiste en crear un lenguaje lo bastante grande para representar tanto el mundo que habita como el siguiente, el mundo más grande que nos aguarda.
Al principio, temía que mi obra poética quedaría comprometida, pero, tal como descubrí, los ejecutivos sólo me impulsaron a elaborar los temas que había comenzado a explorar. La buena poesía puede abrir zonas de la vida cotidiana en empresas que son inmunes a la jerga que creamos para describirla. Los ejecutivos están hambrientos de obtener ese lenguaje más grande.
¿Cómo puede la poesía ayudar a las personas a convertirse en mejores líderes?
A través de la comprensión que proporciona. Por supuesto, uno no puede ir al preludio de Wordsworth y esperar que puedan surgir de ese poema buenas máximas para la administración de una empresa. Un poema abarca nociones más importantes que si una organización tiene éxito o no. Sin embargo, puede arrojar una brillante luz en el sombrío y minúsculo mundo del lugar de trabajo.
Basta analizar la frase de Wordsworth "No hago promesas, pero las promesas me han sido formuladas". Alude al fenómeno de que sin importar el proyecto, plan o carrera en que usted se ha comprometido, siempre existirá una profunda dinámica que descubrirá dentro suyo. Se trata de una promesa superior a su concepción original que en efecto lo obliga a enunciar una promesa y lo invita a encontrar un tipo diferente de coraje que el ensayado al principio.
La poesía es una manera de ingresar en la fenomenología de la conversación, esto es, lo que ocurre cuando usted intenta tener una reunión verdadera con algo que no es usted.
(Lisa Burrell es directora de Harvard Business Review.)
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