domingo, noviembre 11, 2018

LA POESIA DE DAVID WHYTE



DAVID WHYTE
Obsesionado...

Es una palabra que denota un paralelo no resuelto, una presencia que no es del todo una presencia; Una visita por lo aún indecible, también es emblemática del anhelo de encarnación, de un insoportable sustrato de querer, de no encontrar un hogar en este mundo o en el próximo, algo o alguien que recorre los pasillos de nuestra casa o nuestra mente en busca de la única cosa que ayudará a descansar a sí mismo.

Lo que nos persigue a cada uno de nosotros es también algo que intenta volver a la vida. Tenemos hambre pero no sabemos cómo alimentarlo o tenemos miedo de alimentarlo. Si nos sentimos constantemente obsesionados con el tiempo, nos convertimos en fantasmas y vagamos con la intención sin conocer el objeto de nuestra intención. Mirando en el espejo, nuestra cara comienza a tomar el aspecto de fantasma de nuestra vida. Caminamos no muy existentes en el mundo que visitamos. Queremos ir a casa pero no podemos encontrarlo. El exorcismo de un espíritu no deseado es consistente en todo el mundo: una invitación a regresar a casa; para ello y para que encontremos el camino de regreso, dejemos de inquietarnos y dejemos de molestar a los demás o paseando por sus casas de noche.

Dejamos de ser perseguidos cuando dejamos de tener miedo: de nuestro pasado; de nuestro posible futuro, de aquellos a quienes hicimos daño o de los que no ayudamos y cuando nos detenemos y giramos hacia ellos nuevamente. Nos perdonamos cambiando el patrón. El miedo puede ser la medida de nuestra ausencia...
Dejamos de ser perseguidos cuando dejamos de tener miedo: de nuestro pasado, nuestro posible futuro, de aquellos a quienes hemos perjudicado o de aquellos a quienes no ayudamos. Nos perdonamos cambiando el patrón. Nuestro miedo es la medida de nuestra ausencia. Dejamos de tener miedo cuando entregamos lo que nunca fue nuestro en primer lugar y comenzamos a estar presentes en nuestras vidas tal como las encontramos, incluso en medio de lo desconocido, incluso cuando no conocemos el camino. Cuando hacemos un amigo de lo desconocido, lo que anteriormente nos perseguía se convierte en un aliado invisible y paralelo a nuestro futuro.
Nosotros desterramos lo desalineado cuando nos alineamos con lo que estamos llamados a ser, nos hacemos visibles y reales cuando damos nuestro regalo y dejamos de esperar a que el regalo nos sea dado. Nos despertamos de nuevo en nuestras vidas, como si por primera vez, descansáramos en lo que antes no teníamos hogar, comenzamos a hablar, comenzamos a hacer realidad y comenzamos a vivir, esos elementos se unen en nuestro interior durante tanto tiempo para pasar de lo invisible a lo visible....