Los retornados finalmente asumen el deseo de repatriarse, de “volver a casa”. Pero la comprensión de su país de origen ha sido imperciptible, ya que la irreversibilidad transformada por sus experiencias, igual que el paso del tiempo y los eventos locales, han cambiado lo que se dejó. La sensación de bienestar que esperaban experimentar con el retorno y la idealización del país de origen que les permitía conllevar las ansiedades del exilio, se derrumban al ver que el ambiente social del país de origen ha cambiado, no sólo porque el país ha sido objeto de tremendos cambios, si no que también por las transformaciones que ello/as mismo/as han sufrido durante el exilio prolongado. Como dice Warner, “los refugiados vuelven, pero no vuelven. Los refugiados vuelven a su país de origen, pero no son los mismos, y tampoco lo son los miembros del país de origen. El inverso choque cultural que experiencian los refugiados, se siente con mayor intensidad, ya que no se está conciente de la magnitud de la alteración de la propia “casa” y el propio “yo”, si no que hasta que se regresa. “ Resulta que regresar, es estar temporalmente sin hogar” (Storti 2001). El retornado ha vivido la separación del país al partir, y la separación de los apegos emocionales desarrollado en el país de exilio. Todo esto nos lleva a una pregunta. ¿Cuándo deja el retornado de ser retornado? Cada retornado vive el retorno de distinta manera, pero lo que todos tienen en común es la imposibilidad de hacer una recreación del tiempo precedente a los acontecimientos que los obligaron a partir, ya que los cambios de lo que se dejó son irreversibles. Para reintegrarse al país de origen, los retornados sólo pueden incorporar los cambios dentro de sus nuevas identidades y construir un hogar con un nuevo sentido. Como dice Storni: “Regresar, realmente nunca se termina. Despues de todo, la gente no supera las experiencias, especialmente las más profundas; en vez de eso las incorpóran a su carácter y personalidad y responden a toda experiencias subsecuente desde la perspectiva de su nuevo yo”. El fin de éste studio no fue patologisar el proceso de retorno, pero mostrar que, aunque cada refugiado tiene una experiencia de retorno distinta e implica una compleja cantidad de factores, los retornados a menudo ven su repatriación no como un “retorno”, si no como un nuevo comienzo, y deberían recibir ayuda en ésta difícil transición.
Tomado de la Web http://segundageneracion.wordpress.com/retorno/
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