sábado, octubre 30, 2010
jueves, octubre 28, 2010
LA EMOCION ES MAS FUERTE QUE LA RAZON
Joseph Le Doux |
LeDoux tiene 59 años y en 1977 trabajó en el Colegio Médico de la Universidad de Cornell. Desde 1989 es profesor del Centro de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Nueva York y miembro de la Sociedad de Neurociencia.
En su libro El cerebro emocional, explica cómo se originó su interés por este estudio: “Mi padre era carnicero, y yo pasé la mayor parte de mi niñez alrededor de la carne. A temprana edad aprendí cómo se ve el interior de una vaca; la parte que más me interesaba era el viscoso y arrugado cerebro. Ahora, muchos años más tarde, paso mis días –y algunas noches– tratando de descubrir cómo funcionan los cerebros; y lo que más quiero saber acerca de ellos es cómo producen las emociones”. Pero todo lo que tiene de osado al abordar en su libro cuestiones como el amor, la alegría o la tristeza lo tiene de cauto en esta entrevista para no ir más allá de lo científicamente demostrado.
Decir de una persona que es más emocional que racional puede tener un matiz peyorativo. Pero en los últimos años lo emocional parece haber experimentado cierta rehabilitación. ¿Por qué?
–En la ciencia ha sido muy difícil estudiar la emoción. En cambio, los científicos pudieron estudiar la razón empezando a investigar la memoria, la percepción, la atención, y así fue posible hacer grandes progresos en la comprensión de estas cuestiones. Pero el concepto de emoción ha sido algo demasiado intangible, porque no hay nada más subjetivo en cuanto a percepción que la de una emoción. Lo que yo he tratado de demostrar es que es posible estudiar la emoción del modo en que se ha estudiado la razón; podemos analizar cómo el cerebro procesa estímulos emocionales para producir una respuesta emocional, dejando de lado todos los aspectos subjetivos. Lo que ocurre es que algunas personas nos dicen que entonces ya no estamos investigando la emoción. Pero a mí no me importa cómo la llamemos; lo que me interesa es estudiarla.
–¿Y qué es entonces la emoción para la ciencia? ¿En qué se diferencia de la idea que tiene de ella la gente de la calle?
–El conocimiento científico de la emoción de alguna manera contribuye a lo que el público en general considera como emoción. Me cuesta explicar esto sin un dibujo
LeDoux coge entonces un papel y, tras dibujar la secuencia estímulo-amígdala-respuesta, explica que “el estímulo de miedo activa la amígdala que es la que produce la respuesta de miedo. ¿Entonces dónde está el sentimiento del miedo? En el pasado se pensaba que el estímulo producía el sentimiento de miedo y esto es lo que causaba la respuesta. Pero ahora pensamos que no es así, y que lo que ocurre es que el estímulo llega a la amígdala y a partir de ahí se produce por un lado la respuesta y por otro el sentimiento de miedo”.
–¿Qué faceta pesa más en la conducta, la racional o la emocional?
–Creo que la emoción es más fuerte que la razón, porque es fácil para la primera controlar la reflexión, y en cambio es muy difícil que el pensamiento racional controle la emoción. Cuando sentimos ansiedad o depresión, la razón puede decir basta, pero casi nunca consigue eliminarlas.
–¿Quiere decir que la emoción llega a controlar el pensamiento?
–Sí.!!-Coge de nuevo papel y lápiz y dibuja dos zonas del cerebro, el neocórtex y la amígdala, como dos polos enfrentados, y a continuación traza tres flechas que van del neocórtex a la amígdala y nueve que van en sentido contrario. Y argumenta: “Hay muchas más fibras nerviosas en este sentido –de la amígdala al córtex– que en este otro –al revés–. De modo que cuando se recurre al psicoterapeuta es para intentar reforzar mediante la palabra las señales que van del neocórtex a la amígdala. En cambio, la farmacoterapia ayuda a que las vías de comunicación que van de la amígdala al córtex tengan menos potencia, ayudando a debilitar las señales que van en este sentido”.
–¿Podemos decir que existe, aunque sea provisional, una teoría científica de las emociones que nos explica qué son y para qué sirven?
–Para saber cuál es el propósito de las emociones, tendríamos que leer la mente a lo largo de la evolución. Y, claro, no existe un registro fósil de las emociones.
–¿Pero para qué se supone que sirven las emociones?
–Con el miedo está claro, y lo único que yo estudio es el miedo (risas). Pero es mucho mejor ser concretos y específicos, porque si generalizas creas confusión en un área muy compleja como es ésta.
–¿Podemos hablar de emociones primarias y secundarias, o universales e individuales?
–Por una parte está el miedo a las serpientes, a las arañas o a objetos, como los ascensores. Son miedos primarios que pueden causar fobias. Existen también factores que no tienen un valor intrínseco amenazante, como puede ser la esquina de una calle de Barcelona, pero en la que te han asaltado, de forma que los nuevos estímulos crean nuevos miedos. Éstas son respuestas básicas. Pero luego existen otros miedos secundarios, como el miedo a tener miedo, que son tipos de emociones completamente distintas.
–¿Y qué hay respecto a otro tipo de emociones supuestamente básicas como la alegría o la tristeza?
–Yo no hablo de esas emociones, porque sólo he estudiado el miedo, y lo estudio porque es práctico. Durante décadas, la investigación era muy difícil, ya que no existía un concepto de emoción. Pero gracias a que nos hemos concentrado en una única emoción y nos hemos mantenido muy enfocados en ella, hemos podido avanzar.
–¿Son iguales los miedos de hombres y mujeres?
–Se han hecho investigaciones sobre las diferencias entre el miedo de hombres y mujeres, lamentablemente yo no estoy muy familiarizado con ellas.
–Pero parece que existen.
–No he examinado este tema, no he leído la literatura al respecto. Sé que existen diferencias en el miedo entre ratas macho y hembra, y esto está relacionado con las hormonas. Pero no sé qué relación tendría esto con las diferencias entre los miedos de hombres y mujeres.
–¿Cree que todas estas investigaciones redundarán en fármacos o píldoras contra el miedo, por ejemplo, pero también contra otro tipo de emociones?
–Mi trabajo de investigación en particular no nos conducirá a una píldora, pero quizá el de otros sí.
–¿Está la timidez relacionada con el miedo? ¿Podría existir una píldora contra la timidez?
–Humm. Es una noticia que se ha podido leer en los periódicos.
–¿Y esa píldora qué hacía?
–Actúa sobre la serotonina (un neurotrasmisor cerebral). Sí podría ser posible, pues si se reduce el miedo y la ansiedad se tiende a ser menos tímido. Pero es difícil responder, porque no sabemos cómo la investigación sobre animales podrá ser traducida a los seres humanos. Tampoco sabemos si vale la pena que un niño tímido, por ejemplo, lo sea menos pero viva con un sistema de serotonina alterado. Ni qué consecuencias traería tomar píldoras de este tipo durante, pongamos, 20 años.
–La premio Nobel Rita Levi-Montalcini decía que cerebro y mente son la misma cosa. Otro neurocientífico insigne, Antonio Damasio, en su libro El error de Descartes establece la ecuación de que mente es igual a cerebro más cuerpo. ¿Usted qué dice?
–Yo no creo que el cuerpo necesariamente deba ser incluido en esa ecuación, porque entonces podríamos decir que el cuerpo simplemente refleja la reacción del cerebro. Si incluimos el cuerpo podríamos añadir el entorno y al final resulta que todo influye sobre la mente. Yo diría más bien que la mente es un aspecto de la función del cerebro, pero algunos de estos aspectos no son mente.
–¿Cómo se podría explicar para qué sirve la amígdala? ¿Se puede vivir sin amígdala?
–Sí, hay gente que vive sin amígdala, pero es complicado explicar para qué sirve. La amígdala es útil para desencadenar respuestas rápidas ante situaciones de peligro. Pero seguramente es mucho más dañino extraer la amígdala de una rata que de una persona, porque una persona puede conceptualizar el peligro y formular un plan para reaccionar ante él. De modo que si está enfrentada a un peligro, sabe que lo es y lo racionaliza. Digamos que las personas pueden no tener la respuesta instintiva pero sí la cognitiva que compensa la falta de la amígdala. Y mientras antes pierdes la amígdala en tu vida más tiempo tienes para compensar su pérdida.
–En esta década de los noventa que ahora concluye y que fue proclamada como década del cerebro, ¿qué pasos se han dado en la comprensión de este órgano?
–Creo que se ha hecho un gran progreso en la biología de la memoria, la emoción o la genética molecular de ciertas enfermedades, como la Corea de Huntington. Se ha hecho además un avance importantísimo en la comprensión del desarrollo cerebral. Ahora sabemos que el cerebro tiene capacidad de generar nuevas neuronas en algunas áreas, y esto puede conducirnos a desarrollar terapias contra enfermedades como el mal de Parkinson o los trastornos de la memoria.
–¿Cree que se podría conseguir en los próximos años una teoría global del cerebro? ¿Qué aportación le gustaría hacer?
–Pienso que actualmente existe demasiada fragmentación. Existen módulos distintos para la memoria, para la cognición, para la emoción... Y creo que lo que necesitamos es integrarlos. En estos momentos estoy escribiendo un nuevo libro que de alguna manera intenta hacerlo y se titula El yo sináptico.
Gonzalo Casino
Esta entrevsita fue publicada en enero de 2000, en el número 224 de MUY Interesante.
Joseph E Le Doux
From Wikipedia, the free encyclopedia
Joseph E. LeDoux (born 1949), a neuroscientist, is the Henry and Lucy Moses Professor of Science, and Professor of Neuroscience and Psychology at New York University. He is also the director of the Center for the Neuroscience of Fear and Anxiety, multi-university Center in New York City devoted to using animal research to understand pathological fear and anxiety in humans. He received his Ph.D. in 1977 at the State University of New York at Stony Brook.
LeDoux's research interests are mainly focused on the biological underpinnings of memory and emotion, especially the mechanisms of fear.
LeDoux is also a singer and guitarist in the science-themed rock band The Amygdaloids[1].
Books
• The Emotional Brain: The Mysterious Underpinnings of Emotional Life, 1996, Simon & Schuster, 1998 Touchstone edition:
• Synaptic Self: How Our Brains Become Who We Are. 2002, Penguin Putnam, 2003 paperback:
• The Self: From Soul to Brain: (Annals of the New York Academy of Sciences), Editor, 2003
• Post-traumatic Stress Disorder: Basic Science and Clinical Practice, co-Editor, 2009
Joseph E. LeDoux (born 1949), a neuroscientist, is the Henry and Lucy Moses Professor of Science, and Professor of Neuroscience and Psychology at New York University. He is also the director of the Center for the Neuroscience of Fear and Anxiety, multi-university Center in New York City devoted to using animal research to understand pathological fear and anxiety in humans. He received his Ph.D. in 1977 at the State University of New York at Stony Brook.
LeDoux's research interests are mainly focused on the biological underpinnings of memory and emotion, especially the mechanisms of fear.
LeDoux is also a singer and guitarist in the science-themed rock band The Amygdaloids[1].
Books
• The Emotional Brain: The Mysterious Underpinnings of Emotional Life, 1996, Simon & Schuster, 1998 Touchstone edition:
• Synaptic Self: How Our Brains Become Who We Are. 2002, Penguin Putnam, 2003 paperback:
• The Self: From Soul to Brain: (Annals of the New York Academy of Sciences), Editor, 2003
• Post-traumatic Stress Disorder: Basic Science and Clinical Practice, co-Editor, 2009
NEUROCIENCIA
Joseph LeDoux no necesita presentación, al menos no para quien esté interesado en la neurociencia, y menos aún para quien sienta interés en la neurociencia de las emociones. Junto a Antonio Damasio es el científico que más jugo le ha sacado a los aspectos emocionales de nuestra conducta (y de nuestra experiencia subjetiva). Su aproximación ha sido fundamentalmente a través del estudio de laboratorio de otras especies, y se ha centrado sobre todo en la emoción del miedo. Ha podido seguir las rutas que llevan la información desde los sentidos hasta el cerebro emocional, particularmente a la amígdala, y ha observado cómo en esta se crea una memoria emocional, que condiciona todo nuestro comportamiento y nuestra percepción del mundo.
Dice en el libro “Emoción y Conocimiento”, en el que es coautor, como conferenciante sobre el tema: “Es Profesor del Departamento de Psicología y del Centro de Investigaciones neuronales de la Universidad de New York. Licenciado y Máster en ciencias por la Universidad Estatal de Louisiana, y Doctor en Filosofía por la Universidad Estatal de New York. Ha trabajado como docente en el laboratorio de neurobiología y en el Departamento de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell. Sus estudios se centran en las emociones como procesos biológicos. Es miembro de la Society of Neuroscience y autor de una cincuentena de trabajos sobre su especialidad”.
Podemos entrar en la web de su Laboratorio, o en la de su grupo musical The Amydaloids para conocer dos de sus facetas, la Apolínea y la Dionisiaca. Quizás no haya persona más indicada para practicar el arte y la ciencia simultáneamente que quien ha hecho del campo de investigación de las emociones su reducto de placer y de estudio.
1) ¿Hasta que punto diría que es la racionalidad una herramienta al servicio de la emoción, ateniéndose a lo que revelan sus estudios y experimentos sobre el cerebro emocional?
R. Nuestros cerebros (y mentes) aman las dicotomías, como razón y emoción, bueno y malo, conservador y liberal. Pero en realidad estas son siempre simplificaciones desmedidas. Uno de los grandes desafíos de hoy en la investigación del cerebro es entender cómo funciona el cerebro en su conjunto más que cómo funciona en sus pequeñas partes. Por consiguiente, tanto saber cómo la racionalidad sirve a la emoción, o a la inversa, me interesaría saber como la racionalidad y la emoción interactúan para ayudarnos a afrontar los retos de la vida.
2) ¿Son las emociones una especie de memoria evolutiva, de la especie, que nos marca una moral de supervivencia?.
R. Tenemos muchas “memorias evolutivas”. Cada función del cerebro es una clase de memoria evolutiva. Pero más específicamente tenemos tendencia a responder de ciertas formas a peligros ancestrales por una memoria evolutiva. Es por ello que ver a alguien asustado puede asustarte en situaciones de incertidumbre, o por lo que desarrollamos fobias a serpientes y arañas, o a las alturas.
3) ¿No es el miedo, además de un mecanismo de supervivencia en un entorno potencialmente hostil, un eficiente modulador en las relaciones sociales?.
R. El miedo puede, definitivamente, modular las situaciones sociales. Maridos, esposas, padres y profesores usan el miedo igual que los políticos para conseguir objetivos sociales. Este no es un juicio de valor. Es justamente lo que hacemos. Sería mejor si usásemos formas menos aversivas de motivación pero precisamente porque el miedo funciona tan bien, es por defecto lo que más usamos.
4) ¿Podría hacernos un anticipo del que va a ser su próximo libro?.
R. Estoy trabajando en un libro de texto de psicología biológica más que en un libro divulgativo. Pero he estado escribiendo bastante música sobre la mente, el cerebro y desórdenes cerebrales, y tocándola con mi Banda, The Amygdaloids. Nuestro CD, que se llama “Heavy Mental”, contiene canciones que hablan sobre cuestiones profundas de forma desenfadada.
5) ¿Cúal es el objeto de su interés científico predominante en estos momentos, dentro (o acaso fuera) del amplio marco de las emociones?.
R. Mi investigación actual está centrada en 3 cuestiones dentro del campo del miedo y de las emociones:
(1)-¿Cómo es la transición de un estado pasivo a otro activo en el cerebro al afrontarse una situación de peligro?.
(2)- ¿Hasta que punto puede alterarse la memoria traumática a través de intervenciones retroactivas?.
(3) ¿Podemos aprender más acerca de los mecanismos de la individualidad en el cerebro?.
domingo, octubre 17, 2010
viernes, octubre 15, 2010
LUGARES Y CURACION
Internationally recognized for her discoveries of the science of the mind-body interaction in illness and healing, Dr. ESTHER M. STERNBERG has become a major force in collaborative initiatives on mind-body-stress-wellness and environment inter-relationships. Her books Healing Spaces: The Science of Place and Well-Being and The Balance Within: The Science Connecting Health and Emotions are informative and scientifically based inspirations to doctors and laymen alike in dealing with the complexities and 21st century frontiers of stress, healing and wellness. Dr. Sternberg’s many honors include recognition by the National Library of Medicine as one of 300 women physicians who have changed the face of medicine. Formerly on the medical faculty at Washington University in St. Louis, in 1986 she joined the National Institutes of Health in Bethesda, MD, where she is currently section Chief of Neuroendocrine Immunology and Behavior at the National Institute of Mental Health. She has been featured on numerous radio and television programs, including PBS’s The New Medicine and Life Part II, NPR’s Speaking of Faith and, in 2009, with Emmy Award winning Resolution Pictures, created and hosted a PBS special based on her books: The Science of Healing. Well known for her ability to translate complex scientific subjects for lay audiences, Sternberg has testified before Congress, advised the World Health Organization, and is a regular contributor to Science Magazine’s “Books et al.” column. A dynamic speaker, recognized by her peers as a spokesperson for the field, she translates complex scientific subjects in a highly accessible manner, with a combination of academic credibility, passion for science and compassion as a physician. Dr. Sternberg lectures nationally and internationally to both lay and scientific audiences and is frequently interviewed on radio, television and film and in print media on subjects including the mind-body connection, 'stress and illness', and spirituality, love, and health.
lunes, octubre 11, 2010
domingo, octubre 10, 2010
sábado, octubre 09, 2010
jueves, octubre 07, 2010
EL ARQUETIPO DE LA DIOSA OSCURA DEL DESCENSO
Cat Power, es una artista que me impresiona y al mismo tiempo me conmueve , una mujer que ha enfrentado el descenso de una vida en medio de la droga , el alcoholismo , la depresión , la ansiedad y el arte es la Persfone moderna en ese descenso por los mundos del inframundo de Hades buscando la luz y el reencuentro con la primavera .
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