J.R.R. Tolkien
Siempre defendió la existencia y valía de los Mitos. Desde pequeño le fascinaron las historias heroicas y legendarias que llegaban a sus manos: desde las criaturas mágicas unidas a la tierra (tales como hadas, duendes, silfos...), como los mitos genéticos de los universos antiguos (el Kalevala finés, las Eddas nórdicas...)Además debemos sumarle a su cariño por los mitos el hecho de ser Filólogo (en el sentido más amplio de la palabra). Su Amor por las propias lenguas, y por los sonidos que se desprendían de sus variantes, le llevaron a explorar y amar cada significante mientras disfrutaba de su abanico de significados. Así, abogaba por un uso exhaustivo y correcto de la lengua, y observaba cada palabra desde una distancia dramática para desplegar sus verdaderos sentidos en contra de la tendencia erosiva del uso moderno. Tolkien conoció las Eddas cuando tenía veintiún años. Para aquel entonces, ya había leído Sir Gawain y el Caballero Verde (de la que sería su principal traductor y editor), Beowulf (de la que también editaría una traducción largamente estudiada).
Tomado de http://www.fantasymundo.com
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