Escrito por Leopoldo Perdomo.
Cuando los efluvios lascivos se expandieron por el aire puro y fresco del Olimpo, hubo diosas que se vieron afectadas. Y empezaron a vagar por los parajes boscosos y olfateaban el aire con ansias en todas direcciones, buscando la fuente de aquellas pasiones descomunales. Ellas mismas se vieron afectadas por los efluvios y perdieron la razón. Así que no hacían otra cosa que buscar un alivio para la urgencia que las tenía prisioneras. Y se iban de un lado para el otro, olfateando y perdidas en aquellos inmensos bosques.
Atenea, ya repuesta de aquel ataque a su respiración por la virtud del casco milagroso, regresó al corro donde charlaban los dioses más sabios y sensatos. Desde entonces, Atenea solo platica con los dioses sabios y evita las zonas boscosas del Olimpo. Pues, con su infinita perspicacia, ya sabe lo que buscan esos vagabundos lascivos. A pesar de los milenios transcurridos, Atenea sigue siendo un modelo de virtud y castidad; ejemplo sin igual para las doncellas y las viudas atenienses. Y su sabiduría se ha ido incrementando con los tiempos. Es la protectora de Atenas y se la conoce como inspiradora de las ciencias y patrona de la navegación. Pues en tiempos remotos, mucho antes de nacer en el Olimpo, hizo un largo viaje por mar desde Libia hasta las tierras del Ática. Fue la diosa quien enseñó a los atenienses las artes de la navegación. Su templo se ha hecho muy famoso y rico. Y gracias a la generosidad de los fieles se le hizo una estatua de grandes dimensiones. Está toda ella cubierta de marfil y adornada con abundantes joyas de oro y plata.
ADENDA: En esta historia solo se refieren los datos oficiales autorizados por el concilio de los arcontes y el Santo Colegio de las sacerdosas de la diosa. La difusión de doctrinas blasfemas o heterodoxas serán motivo suficiente para desterrar a los impíos.
Atenea, ya repuesta de aquel ataque a su respiración por la virtud del casco milagroso, regresó al corro donde charlaban los dioses más sabios y sensatos. Desde entonces, Atenea solo platica con los dioses sabios y evita las zonas boscosas del Olimpo. Pues, con su infinita perspicacia, ya sabe lo que buscan esos vagabundos lascivos. A pesar de los milenios transcurridos, Atenea sigue siendo un modelo de virtud y castidad; ejemplo sin igual para las doncellas y las viudas atenienses. Y su sabiduría se ha ido incrementando con los tiempos. Es la protectora de Atenas y se la conoce como inspiradora de las ciencias y patrona de la navegación. Pues en tiempos remotos, mucho antes de nacer en el Olimpo, hizo un largo viaje por mar desde Libia hasta las tierras del Ática. Fue la diosa quien enseñó a los atenienses las artes de la navegación. Su templo se ha hecho muy famoso y rico. Y gracias a la generosidad de los fieles se le hizo una estatua de grandes dimensiones. Está toda ella cubierta de marfil y adornada con abundantes joyas de oro y plata.
ADENDA: En esta historia solo se refieren los datos oficiales autorizados por el concilio de los arcontes y el Santo Colegio de las sacerdosas de la diosa. La difusión de doctrinas blasfemas o heterodoxas serán motivo suficiente para desterrar a los impíos.
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