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Emdr Association of Australia
sábado, mayo 23, 2009
LAS ESCULTURAS DE BRUNO TORF EN AUSTRALIA
jueves, mayo 21, 2009
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CHARLA : MAPAS DE LA MENTE
lunes, mayo 11, 2009
domingo, mayo 10, 2009
Epilepsia y espiritualidad.
¿Por qué es tan interesante la relación entre las experiencias religiosas y las crisis epilépticas? ¿Porque algunos manipuladores tratan de conspirar contra la “evidente” existencia de Dios? ¿ O por una inercia reduccionista que tiende a deshumanizar la sociedad? No, nada más lejos de eso. Una crisis epiléptica se produce cuando grupos de neuronas de nuestro cerebro descargan de manera excesiva y simultánea. Lo interesante es que dependiendo de dónde se localicen en el cerebro las neuronas con actividad anómala (foco epiléptico) así serán los signos que sufrirá el individuo. Así por ejemplo, tomando el caso de las crisis denominadas focales, un foco epiléptico en la corteza motora producirá signos motores durante una crisis (cambios posturales, contracciones musculares o movimientos en extremidades). Si el foco se localiza en la corteza sensorial, el paciente tendrá sensaciones “extrañas” (alucinaciones gustativas, auditivas, táctiles...). Si el foco afecta a áreas corticales de asociación (cortezas prefrontal, parietotemporal) los fenómenos pueden ser más complejos (deja-vu, cambios de humor, distorsión del tiempo). En ocasiones, tan complejos como experiencias religiosas o cambios en la conducta espiritual o moral.
Dicho de otra manera, los cambios en la actividad de las neuronas de nuestro cerebro son los responsables desde de que movamos un pie, sintamos un olor determinado o tengamos una emoción, hasta que hagamos un juicio moral. Y, lógicamente, también de que experimentemos un éxtasis místico. Lo que ocurre es que esto último se puede hacer más patente a través de la epilepsia.
Aparentemente, estos estudios aportan datos, y los datos son como son, no deshumanizan, solo hacen pensar y ayudan a entender el mundo que nos rodea. Pero no todo el mundo piensa así. En otro artículo que leí en paralelo, “¿Dios en el cerebro?”, el autor comenta lo siguiente acerca de los éxtasis místicos (la cursiva es mía):
"(...) Estos éxtasis, lógicamente, no los experimentan todos aquellos que hacen meditación sino muy pocos, los que Dios se lo concede cuando quiere. Los místicos, desde luego, no se prestarían a que registraran su actividad cerebral con alguno de los métodos de neuroimagen. No lo harían, por un lado, por humildad y, en segundo, porque nadie sabe cuando pueden tener lugar. Además, por ocurrir fuera del cuerpo, no se registraría ningún cambio en la actividad bioeléctrica del cerebro (...)"
Y termina el artículo con la siguiente conclusión:
"Los neurocientíficos ateos, al no admitir la existencia de Dios, ni que el hombre sea un ser dotado de alma espiritual, se ven obligados a una interpretación sesgada de los hechos que trascienden la materia: tienen que explicar las experiencias religiosas y el estado místico como simple actividad del cerebro. Son, pues, según ellos, los que meditan y los místicos quienes, a partir de unos simples fenómenos neurobiológicos, crean a Dios. Es habitual que los reduccionistas no se planteen si su postura es acientífica, al admitir como única realidad la materia, más bien sucede lo contrario, toman a los que, además de la "fisis", piensan que existe lo metafísico, como acientíficos, incluso de forma velada los llegan a considerar retrasados mentales. No quieren darse cuenta de que, para que fueran admitidas como científicas sus conclusiones, tienen que demostrarlas experimentalmente, y son numerosos los hechos, no sólo en lo que respecta a la actividad mental sino también en la evolución, que no son capaces de demostrarlos ni lo podrán demostrar desde su visión reduccionista".
¿No es más sesgado y acientífico asumir la existencia de algo sobrenatural (Dios) que “concederá los éxtasis” a quien considere oportuno? ¿O asumir que “por ocurrir fuera del cuerpo no se registrará actividad cerebral”, en caso de que un místico accediera a realizarse pruebas en su cerebro? La relación causal “actividad neuronal – conducta” implica a toda la gama de nuestros comportamientos, sin exclusión, incluidas las experiencias religiosas. ¿O es que la actividad de nuestro cerebro sólo sirve para conductas más “mundanas”, como movernos o percibir estímulos? ¿No será que algunos están predispuestos a que todo lo que tenga que ver con Dios o lo espiritual no es objeto de estudio humano? ¿En base a qué? ¿Admitiría el autor de dicho artículo conclusiones exactamente idénticas a la suya (literalmente basada en los mismo argumentos) acerca de experiencias no religiosas?
jueves, mayo 07, 2009
miércoles, mayo 06, 2009
CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD
«La neuroteología es una rama de la neurociencia que estudia el componente neurológico de las experiencias religiosas. Se han descubierto patrones electromagnéticos de la actividad cerebral que son activados por ciertas costumbres, como la meditación, o por otros métodos, como la inducción de impulsos electromagnéticos al cerebro, las sustancias psicodélicas e, incluso, la modificación genética. La neuroteología investiga ahora si es posible integrar de manera artificial las experiencias religiosas en nuestras vidas».
De acuerdo a las expectativas y elucubraciones de algunos científicos, el cerebro está capacitado genéticamente para «animar la fe religiosa». Los científicos que trabajaron en el caso y que concluyeron lo dicho anteriormente, obtuvieron imágenes de la actividad cerebral con un dispositivo de alta tecnología, el SPECT, que utilizaron en monjes tibetanos budistas y monjas franciscanas mientras se encontraban meditando. Precisaron que el impulso de la meditación religiosa afecta el estado neuroquímico del cerebro. Estas investigaciones dieron lugar en 1970. Dicen los maestros de la ciencia, que el cerebro tiende a cambiar con las conductas el individuo, sobre todo, en las regiones prefrontales, que se les ha considerado «los que provocan la unidad en el cosmos, para los monjes buditas, y la proximidad a Dios, para las religiosas franciscanas». La palabra Neuroteología, fue propuesta en un principio por el escritor inglés Aldous Huxley (quien uso drogas y describe sus experiencia con ellas), y se utiliza para determinar la relación de las experiencias religiosas con la actividad biológica de los lóbulos cerebrales. Esta «ciencia nueva» (¿?) se estudia en las siguientes universidades: The Ohio State University", "Harvard Divinity School", "Pensilvania Medical School" y en el "Garret Evangelical Theological Seminary".
http://apologista.blogdiario.com/tags/NEUROTEOLOGIA/
domingo, mayo 03, 2009
sábado, mayo 02, 2009
EL AIKIDO
EL CAMINO DE LA ARMONÍA
AIKIDO合気道: AI合: Armonía, unión. KI気: Energía interna. Espíritu, mente, corazón. Este caracter japonés (kanji) está formado por los componentes "vapor" combinado con "arroz". Este término en japonés es utilizado en cientos de expresiones referentes a la mente de uno o al estado mental, ej. Genki: estar bien. Tenki: buen clima. DO道: Camino, vía, método.
Aikido "El Camino de la Armonía" es un arte marcial japonés que combina técnicas de control (katame waza) y de proyección o derribo de uno o varios oponentes (nage waza).
Morihei Ueshiba, a quien sus estudiantes llamaban O’Sensei (Gran Maestro), creó el Aikido a principios del siglo XX. Habiendo sido maestro de diversas artes marciales y una persona profundamente espiritual, pudo conciliar las aparentemente variadas disciplinas marciales creando el Aikido, un camino marcial para ayudar a las personas a desarrollar su potencial físico, mental y espiritual.
Haciendo una traducción un tanto sencilla, Aikido significa “el camino a armonizar con las fuerzas universales de la vida” o "el camino de la unidad con las fuerzas fundamentales del universo". También se ha llamado “El Camino a la Armonía Espiritual”.
En el Aikido se hace un enfoque del manejo de la agresión y la violencia a través de un entrenamiento enérgico y positivo. Se aplican técnicas marciales muy efectivas de una forma muy singular: usando el movimiento dinámico del cuerpo, se neutralizan los ataques. Un aikidoka entrenado es capaz de redirigir la fuerza de un ataque sin peligro para él y en forma efectiva. El Aikido está ideado para poder manejar no sólo a un oponente, sino a varios también.
Con el Aikido se le enseña al practicante a ser flexible, fluido y centrado, y a actuar en forma espontánea dentro de los principios del arte. Para ello, el aikidoka aprende a unir mente, cuerpo y espíritu al máximo. Originalmente se enseñaba a unos pocos alumnos selectos en Japón pero hoy en día se enseña en todo el mundo gracias, fundamentalmente, a los esfuerzos del hijo de O’Sensei, el ya fallecido Kisshomaru Ueshiba, quien, sistematizando y adaptando las técnicas de su padre, desarrolló un método de entrenamiento accesible a hombres, mujeres y niños de todas las edades, condiciones físicas y habilidades.