sábado, diciembre 21, 2013

CABALLO

“Un día volvía de la escuela secundaria cuando un caballo desbocado pasó velozmente junto a un grupo de nosotros para entrar en el corral de un granjero... en busca de un trago de agua. El caballo sudaba profusamente. Y el granjero no lo reconoció de modo que lo acorralamos. Yo salté al lomo... puesto no tenía bridas, tomé las riendas y dije “¡Arre!”... orientándolo hacia la carretera. Sabía que el caballo tomaría la dirección correcta... No sabía cuál era esa dirección. Y el caballo trotó y galopó. De vez en cuando olvidaba que estaba en la carretera y entraba en un campo. De modo que tenía que tironear un poco y llamar su atención acerca del hecho de que se suponía que debía marchar por la carretera. Y, finalmente, a unos seis kilómetros del lugar donde lo había montado, entró en un corral, y el grajero dijo: “¿De modo que es así como ha vuelto ese animal? ¿Dónde lo encontrastes?”
“A unos seis kilómetros de aquí”, le respondí.
“¿Cómo sabías que volvería aquí?”
“No lo sabía... el caballo lo sabía. Todo lo que hice fue mantener su atención puesta en el camino


Anecdota  de Milton Erickson contada   por  Bill O´Hanlon 

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